Una de las grandes preocupaciones de los padres y madres cuando se separan es ¿cómo afecta el divorcio a los hijos?. La sensación de estar “fallando” a ese proyecto de vida en el que decidieron formar una familia dejando desprotegidos a sus niños, les angustia y les paraliza.
Por esta razón es importante conocer que el divorcio en sí mismo no tiene porqué causar daño en los hijos. Pues el concepto familiar es lo suficientemente sólido para soportar cambios importantes en su estructura y seguir siendo útil para aportar a los hijos: apego, seguridad y amor... ¡que es lo que necesitan!
Cuando una pareja con hijos decide separarse comienzan un nuevo viaje hacia su re-estructuración familiar, la pareja se disuelve, rompen su vínculo como tal, pero continúan siendo el padre y la madre de sus hijos para siempre. Esto implica que siguen siendo familia y han de preservarse los vínculos entre los padres y los menores, al margen de cómo afecta el divorcio a los hijos.
También entre ambos será necesaria la comunicación, el llegar a acuerdos juntos, la toma de decisiones, las diferentes etapas de esos hijos, por tanto es necesaria una ALIANZA PARENTAL que les permita crear equipo y una relación de cooperación entre ambos para poder seguir sosteniendo tanto física como emocionalmente a los niños. Esto se puede lograr aunque padre y madre vivan en distintas casas y hagan vidas separadas pues lo que tienen en común (los hijos) les une para siempre.
¿QUÉ DAÑA A LOS HIJOS?
Una de las claves de cómo afecta el divorcio a los hijos es ser consciente de que lo que sí los daña es la exposición ante un alto y mantenido conflicto interparental, es decir, un mal manejo del divorcio:
- La alta conflictividad entre los progenitores.
- La exposición del niño ante las disputas.
- Escuchar descalificaciones entre ellos.
Todo esto es nefasto para su desarrollo como ser humano, pues como niño que es su personalidad se está formando. El menor necesita fundamentalmente a su padre y a su madre, y es derecho del niño estar con ambos, y sobre todo es derecho de esos hijos tener una imagen buena y limpia de ambos. Para su buen desarrollo emocional es fundamental que tengan una buena representación mental de su papá y su mamá, para que puedan amar a ambos en paz.
¿QUÉ ES BUENO HACER?
¿Es posible lograr esto en un momento tan difícil y tan duro como es elaborar un divorcio? Aún cuando la comunicación es complicada y pasamos por momentos de dolor, rabia y rencor hacia la ex-pareja (pues son emociones que forman parte del proceso de ruptura) las premisas más importantes son:
- Mantener a los hijos al margen del conflicto interparental.
- Trabajar para lograr acuerdos en busca de la alianza parental, aunque nos haya decepcionado como pareja.
- Facilitar al niño una buena imagen del otro progenitor.
- La actitud de los padres.
- La elaboración de su proceso emocional.
- Afrontar los problemas hasta llegar a soluciones, aún cuando la situación es difícil, influye en cómo los niños elaboran su proceso emocional de la separación de sus padres; y también cómo elaborarán sus procesos emocionales ante conflictos futuros.
¿EL DIVORCIO AFECTA A LOS HIJOS?
Sí, al igual que todas las actitudes que tomamos los padres ante la vida, pues somos su referente y su ejemplo; y por tanto es nuestra responsabilidad promover un buen divorcio. A la luz de los estudios existentes sobre divorcio e hijos, desde la teoría del desarrollo infantil, y desde mi experiencia acompañando a familias en situación de divorcio concluyo que: un proceso de divorcio realizado de manera responsable y desde el amor tano a los hijos como a los progenitores puede proporcionar al niño protección, un apego seguro y una vida estable y feliz.