“DIVORCIO Y CAMBIO”
Vivimos en la era de la incertidumbre, hoy más que nunca empezamos a hacernos conscientes de que el cambio está “a nuestro lado” y “de nuestro lado”.
Los CAMBIOS no son ni buenos ni malos pero sí pueden ser útiles o inútiles en función de cómo los asimilamos y los incorporamos a nuestras vidas.
Las cosas no están siendo fáciles, hay que inventarse los días y colorear el paisaje que vamos descubriendo a nuestra manera, como mejor nos convenga en cada momento.
Tenemos la capacidad, la imaginación y los pinceles para darle color a la vida, tan solo hay que convencerse de que somos nosotros los que cambiamos el mundo, nuestro mundo.
Ver los problemas como mensajes, aceptar las cosas que nos van sucediendo y descubrir que existe un aprendizaje tras las experiencias vividas, te hace ver oportunidades para hacerte consciente de dónde estás, con quién estás y hacia dónde quieres dirigirte.
Todo, absolutamente todo es relativo, la importancia que le damos a las cosas es algo que depende de nosotros mismos.
Las cosas nos pasan por algo, dedicar nuestro tiempo a aprender de ello y dejar de estar en contra de todo y de todos, ayudará a que nuestra existencia tenga más sentido.
Somos inconformistas por naturaleza, está bien si este inconformismo nos sirve para crecer, para descubrir, para disfrutar, para aprender…pero no sirve de nada la queja, hablar de culpables y no hacer NADA para afrontar saludablemente el cambio.
Nuestra sociedad, nuestra cultura, nos ha transmitido que cuando el matrimonio termina, todo termina, que esto supone un fracaso, que habrá que determinar quien ha sido el/la culpable y prepararse para luchar por lo que es de cada uno.
Este sentido de la propiedad también se traslada a los hijos del matrimonio, considerados en muchas ocasiones, moneda de cambio para una negociación.
¿Es posible educar, criar y acompañar a los hijos en común sin tolerarse como padres?
Si realmente existe un sentimiento de AMOR PROFUNDO hacia nuestros hijos, ¿Por qué nos empeñamos en luchar en vez de colaborar?
Cuando nace un hijo automáticamente nos convertimos en PADRE Y MADRE PARA TODA LA VIDA, es decir, el compromiso y la responsabilidad perdura hasta el fin de nuestros días y esta figura no podrá ser sustituida por nada ni nadie.
Desde Separación Responsable abogamos por los divorcios de mutuo acuerdo, factibles en la mayoría de los casos, aún siendo conscientes del esfuerzo y la complejidad de muchos procesos ya que merece la pena si al final lo que está en juego es el bienestar de la familia que no se rompe, sino que continúa su andadura a través de los cambios que trae la vida.